Sábado de la segunda semana de Navidad
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 5, 12-16
Sucedió que, estando Jesús en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús, cayendo sobre su rostro, le suplicó diciendo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Y extendiendo la mano, lo tocó diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y enseguida la lepra se le quitó.
Y él le ordenó no comunicarlo a nadie; y le dijo:
«Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación según mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades.
Él, por su parte, solía retirarse a despoblado y se entregaba a la oración.
Tomás de Cori
Nacido en Cori (Italia) el 4 de junio de 1655, Tomás tuvo una infancia marcada por la pérdida prematura de su madre primero y de su padre después, quedando sólo. Años después, fue acogido en la orden franciscana y se ordenó sacerdote. Fray Tomás vivirá en Bellegra hasta la muerte, excepto seis años (1703-1709) en los que será Guardián en el Convento de Palombara, donde instauró el Retiro, en base al de Bellegra. Escribió Reglas para uno y para otro, que él el primero observó cuidadosamente, consolidando con la palabra y con el ejemplo la nueva institución de los dos Retiros. Muere tal día como hoy en 1729. Hoy es copatrón de Roma.