Viernes de la primera semana de Adviento
Evangelio: Mateo 9,27-31
«Jesús cura a dos ciegos que creen en él»
En aquel tiempo, dos ciegos seguían a Jesús, gritando: «Ten compasión de nosotros, hijo de David.» Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: «¿Creéis que puedo hacerlo?» Contestaron: «Sí, Señor.» Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Que os suceda conforme a vuestra fe.» Y se les abrieron los ojos.Jesús les ordenó severamente: «¡Cuidado con que lo sepa alguien!» Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.
San Nicolás de Bari
El célebre y milagroso santo
orie
ntal, San Nicolás, nació en Pátara, ciudad de Licia, Asia Menor. Elegido obispo de Mira, en Licia, ac
tual Turquía, asistió al concilio de Nicea, donde fue condenado el arrianismo.
Muy dado a la limosna, la historia consigna el hecho de haber arrojado discretamente por una ventana gran cantidad de dinero para librar de la deshonra a tres doncellas; hecho que recuerda la fiesta infantil que atribuye a San Nicolás los regalos efectuados a escondidas.
No hay certeza absoluta del año de su muerte, pero diversos autores sostienen que fue en el 326 ó 327. Sus reliquias fueron trasladadas el año 626 a la ciudad de Bari, Italia. Desde entonces su culto se hizo muy popular en Occidente. Al llegar a los países nórdicos su nombre se transformó en Santa Claus, y en Francia en el tan popular Papá Noel, que precede a las fiestas navideñas distribuyendo regalos, vestido con ropas que remedan las rojas vestiduras episcopales.
San Nicolás, cuyo nombre significa «protector y defensor de los pueblos» fue tan popular en la antigüedad que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado por los fieles en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, consiguiendo éstos favores admirables por parte del santo.
Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y como en alemán se llama «San Nikolaus», lo empezaron a llamar Santa Claus, siendo representado como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños.
De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes santos, pero su biografía fue escrita por el Arzobispo de Constantinopla, San Metodio.
Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Unos de sus tíos era obispo y fue éste quien lo consagró como sacerdote, pero al quedar huérfano, el santo repartió todas sus riquezas entre los pobres e ingresó a un monasterio.
Según la tradición, en la ciudad de Mira, en Turquía, los obispos y sacerdotes se encontraban en el templo reunidos para la elección del nuevo obispo, ya que el anterior había muerto. Al fin dijeron: «elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo». En ese momento sin saber lo que ocurría, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Fue muy querido por la cantidad de milagros que concedió a los fieles.
En la época del Licino, quien decretó una persecución contra los cristianos, Nicolás fue encarcelado y azotado. Con Constantino fueron liberados él y los demás prisioneros cristianos. Se dice que el santo logró impedir que los herejes arrianos entrasen a la ciudad de Mira.
El santo murió el 6 de diciembre del año 345. En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde fue obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí, en secreto, las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia.
En esta ciudad se obtuvieron tan admirables milagros por su intercesión, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía.