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Muere el obispo Casaldáliga, referencia en la lucha por los derechos humanos

Muere Pere Casaldàliga, a los 92 años, en Brasil después de toda una vida dedicada a los más desfavorecidos

Fuente La Vanguardia

El pasado sábado, 8 de agosto de 2020, todos los medios de comunicación difundían la triste noticia del fallecimiento de Pere Casaldàliga, ha raíz del twtit que lo hizo público. Sus hermanos utilizaron cu cuenta de Twitter:

Pero quien fue exactamente Pere Casaldàliga , y cual su trayectoria:

Fuente: La Vanguardia

Ha muerto un mito. Pere Casaldàliga era considerado un profeta, una voz universal de denuncia de los abusos del poder y de las injusticias. Después de varios problemas respiratorios agravados por el parkinson, el claretiano y obispo emérito de São Fèlix d’Araguia murió este sábado por la mañana, a los 92 años, en Brasil. El martes pasado fue trasladado de Sâo Fèlix en Batatais, pero no respondió al tratamiento.

¿Cómo se forjó el mito de Pere Casaldàliga? Nacido en Balsareny en 1928, él mismo explicó que su vocación quedó marcada por la persecución religiosa de 1936. Con menos de diez años conoció qué era una Iglesia perseguida y auténtica: “Uno ha abierto los ojos a la fe y ha crecido en una vocación rodeado de sangre de mártires. Después he entendido mejor hasta qué punto la conflictividad tiene que formar parte esencial de la Iglesia y de la vida de Jesucristo”. Todavía no sabía que años después él mismo sería amenazado de muerte por defender los derechos de los indígenas de la Amazonia brasileña. Desde muy joven se forma en los claretianos y en 1945 ingresa definitivamente en esta congregación religiosa misionera.

Sabadell, Barcelona, Barbastro y Madrid son los primeros destinos. Sus inquietudes revolucionarias son evidentes y su carisma, el de un líder. En los barrios de chabolas de Sabadell se convierte en un personaje incómodo para el régimen haciendo de portavoz de los derechos de los obreros.

Finalmente llega el momento definitivo de su vida. Los claretianos le proponen fundar una misión en el Mato Grosso. En medio de la Amazonia, como explicaba. Es 1968. Estamos en plena ebullición de los movimientos revolucionarios en Latinoamérica y en la etapa más violenta de la dictadura militar en Brasil. También el mundo eclesial está marcado por la apertura del Concilio Vaticano II y por la eclosión de la Teología de la Liberación.

Definitivamente Casaldàliga se pone al lado de los más débiles: las comunidades indígenas y los movimientos campesinos que defienden la propiedad de sus tierras explotadas por latifundistas. Lo hace creando comunidades y fomentando la formación de los campesinos para que sean ellos mismos quienes defiendan sus derechos. Crear una parroquia o formar a un grupo de catequistas es para Casaldàliga una misión apostólica inseparable de la misión social y comunitaria.

Dos años después de llegar a Brasil, consigue de la “nada” organizar una red eclesial y se crea la prelatura de São Félix de Araguaia. En 1971, Pablo VI le nombra primer obispo de esta demarcación. Casaldàliga no quería ser obispo, pero lo aceptó porque era lo que decidieron conjuntamente con las comunidades que formaban la nueva prelatura.

Como obispo, Casaldàliga tiene un nuevo altavoz. Se convierte en un referente para la lucha por la tierra en todo el Brasil.También articula la defensa de los campesinos a través de varios movimientos eclesiales de toda la Amazonia, como el Consejo Indigenista Misionero y la Comisión Pastoral de la Tierra. Eso lo convirtió definitivamente en un personaje incómodo para latifundistas y paramilitares. Pere Casadàliga también es víctima de la violencia estructural del país. En 1976 un policía mata ante él de un tiro al jesuita João Bosco Penido. Todos están convencidos de que creía que estaba disparando a Casaldàliga. Hasta el final de su vida no dejó de recibir amenazas de muerte. “Mis causas valen más que mi vida”, es la frase más conocida de Casaldàliga que sintetiza en lo que se convierte a partir de los años 70. A pesar de las desavenencias con la Iglesia jerárquica también tuvo el apoyo de la Santa Sede en los momentos más duros. “Quien toca a Pere [ Casaldàliga], toca a Pablo [VI]”, dijo el Papa para protegerlo.

“Después de la sangre, la palabra es el ‘poder’ mayor que existe”. Consiguió extender esa palabra de denuncia a través de sus libros y poemas a todo el ámbito Latinomericano. Las editoriales católicas contribuyeron a difundir su pensamiento. En Catalunya esta proyección todavía ha sido más fuerte porque siempre ha habido un estrecho contacto con los familiares, amigos y con la comunidad claretiana. Todavía hoy respiro en catalán es el título de unos de sus libros más conocidos, junto con Pedro Libertad .

Pere Casaldàliga ha sido 75 años claretiano y 34 años obispo de São Fèlix hasta su jubilación en el 2005. En el 2012 el parkinson empezó a apagar su voz,pero ha seguido siendo un referente para los sectores cristianos más progresistas y los agnósticos que comulgan con sus causas. Incluso los sectores más alejados de su visión eclesial le reconocen la coherencia y la mirada teológica desde los más pobres de la tierra.

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