Lunes de la sexta semana de Pascua
Lectura del santo Evangelio según san Juan 15, 26-16, 4a
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo.
Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; más aún, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí.
Os he hablado de esto para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho».
San Juan I
San Juan I era de Toscana. En 523 fue elegido Sumo Pontífice. En Italia gobernaba el rey Teodorico que apoyaba la herejía de los arrianos. El emperador Justino de Constantinopla decretó cerrar todos los templos de los arrianos de esa ciudad y prohibió que los que pertenecían a la herejía arriana ocuparan empleos públicos.
El rey Teodorico le pidió al Papa que fuera a Constantinopla y obtener que Justino quitara las leyes que habían dado contra los arrianos. El emperador Justino, aunque les devolvió algunas iglesias a los arrianos, no permitió que ninguno de estos herejes ocupara puestos públicos. Teodorico se encendió en furiosa rabia, y al llegar el Santo Padre a Ravena lo hizo encarcelar y fueron tan crueles los malos tratos que en la cárcel recibió, que al poco tiempo murió. Con el Papa fueron martirizados también sus dos grandes consejeros, Boecio y Símaco.