Viernes de la décima semana de Tiempo Ordinario
Evangelio según San Mateo 5,27-32.
Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio.
Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.
También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio.
Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio.
San Juan de Sahagún
Juan nació en Sahagún (León) en 1430. De joven trabajó en la curia espiscopal de Burgos y después fue ordenado sacerdote. Con 33 años no se sentía a gusto sin poder trabajar en la Viña del Señor. Por este motivo cambió el rumbo de su vida y se hizo agustino. Se dedicó de lleno al Apostolado con la predicación al pueblo sencillo, la promoción de la paz y la convivencia social. En Salamanca se convirtió en un punto de referencia para todos y consiguió evitar muchas luchas sangrientas. Murió en 1479, le beatificación en 1601 y le canonizaron en 1690. Las reliquias del santo se conservan en la catedral nueva de Salamanca.