Informa: M. Ferrary. La Opinión de Málaga
La titular de la Agrupación de Cofradías malagueña sorprendió por su novedosa estampa, así como la Virgen de Fe y Consuelo, que procesionó de forma extraordinaria
Los sones del Benigne Fac Domine, del Miserere de Eduardo Ocón recibían, a las 16:20, al cortejo de la Hermandad del Monte Calvario que salía desde el interior de la Basílica de la Victoria. Nuestra Señora de Fe y Consuelo lucía una imagen única.
La Virgen, que habitualmente procesiona en el misterio del Yacente, salió sobre el cajillo de Santa María del Monte Calvario con una composición muy original. A los pies de la Cruz, Nuestra Señora de Fe y Consuelo salía por primera vez erguida y lucía una nueva saya realizada por el artista granadino Jesús Arco. La iconografía representaba la soledad de la Virgen y lució el juego original de manos unidas, en lugar de las usadas habitualmente en Semana Santa.
Por el carácter riguroso de esta hermandad en su salida penitencial, ayer sonó de forma extraordinaria el Himno Nacional de España así como el Himno Pontificio cuando la Virgen atravesó el dintel de la puerta del Santuario.
El manto azul que vistió la sagrada imagen pertenece a la Virgen de los Dolores de Villamartín (Cádiz), cuyo hermano mayor acompañó a la imagen durante su recorrido. También lo hizo Antonio Moreno Pozo, compositor de Puente Genil que ha compuesto la marcha Fe y Consuelo, que la banda de Música de Nuestra Señora de la Paz interpretó en el Compás de la Victoria y en la entrada a calle Larios.
El trono estaba cargado de simbología. Cada uno de los angelitos dipuestos en portaban atributos relacionados con la Fe (el cáliz, la venda y la Cruz) y la Pasión (una rosa roja) y a los pies de la Virgen una manzana que simboliza a María como la mujer concebida sin pecado original.
La hermandad decidió transcurrir por un itinerario diferente al que realiza en Semana Santa y pasó por la calle Arco de la Cabeza, donde se lanzaron aleluyas al paso del cortejo y el trono anduvo de manera sublime a los sones de Amarguras mientras caía una abundante petalada desde los balcones. Al pasar por el Oratorio de Santa María Reina, de la Hermandad de las Penas, sonó la marcha de Antonio Pantión dedicada a la titular mariana de esta corporación.
Tras su paso por la Catedral la Virgen recibió una petalada desde una de las viviendas de la Plaza del Siglo, exquisitamente engalanada para la ocasión por sus hermanos.