Recordamos a Don José Manuel Álvarez hablándonos de la Beata Sor Carmen Moreno
Beata Carmen Moreno Benítez
Carmen Moreno Benítez nació en la casa nº 41 de la calle Del Santo, en la localidad de Villamartín (Cádiz) el 24 de agosto de 1885, en el seno de una familia acomodada. Fue bautizada pocos días después de nacer en la Parroquia de Santa María de las Virtudes, siendo feligresa de la misma durante toda su infancia y primera juventud. En el año 1908, cuando contaba ya con 23 años de edad, se hizo salesiana. Había conocido a las Hijas de María Auxiliadora en Sevilla, en el colegio en el que vivió por algún tiempo después de la muerte de su padre.
Tras cursar la carrera de Magisterio y ejercerlo en diversos colegios de las salesianas, fue nombrada directora del colegio de Valverde del Camino, en la provincia de Huelva. Durante nueve años ocupó ese cargo. En este tiempo conoció y supo apreciar las virtudes de la beata Sor Eusebia Palomino, religiosa de su comunidad, y que era una sencilla cocinera, dotada no sólo de una simpática originalidad, sino también de dones que algo de sobrenatural.
La vida de Sor Carmen transcurrió entre la enseñanza, la dirección de obras y la animación de la comunidad. Los años más intensos fueron ciertamente aquellos vividos en Valverde del Camino.
Martirio en Barcelona
La guerra civil española la sorprende en Sarriá (Barcelona), donde era Vicaria de la Comunidad de la casa Santa Dorotea. Ésta casa de las salesianas había sido querida y fundada por san Juan Bosco con la ayuda de la señora Dorotea de Chopitea. Esta ayuda no sólo fue financiera, sino que también compartió espiritualmente con el espíritu del fundador de las Hijas de María Auxiliadora. Doña Dorotea era muy rica en cuanto a su posición social, pero más pobre que un cartujo en su manera de vivir el desprendimiento de los bienes material en el más puro estilo evangélico.
Al producirse el alzamiento de los militares, se supo que la casa Santa Dorotea estaba en peligro. Las hermanas (unas setenta), las doce novicias y las diez chicas que aún quedaban en el Colegio se dispersaron rápidamente. Algunas religiosas, aquellas que no podían encontrar un sitio seguro entre los familiares o amigos, se refugiaron en el chalet Jarth, que pertenecía a un señor alemán, protestante, muy amigo de las hermanas. Era el 19 de julio. Los días siguientes zarparon del puerto de Barcelona dos naves italianas, en las que pudieron entrar varias hermanas, en medio de angustias y dificultades.
Sor Carmen y Sor Amparo Carbonell Muñoz quisieron permanecer. Había que asistir a una hermana recién operada de cáncer. Más tarde marcharían juntas… La noche del 1 de septiembre, los pasos de la violencia resonaron sobre el empedrado. Sor Carmen, Sor Amparo y Sor Carmen Xammar, la hermana apenas salida del hospital fueron arrestadas. Al alba del 6 de septiembre de 1936 los carceleros abrieron las puertas de la celda y se llevaron a las víctimas (Sor Carmen y Sor Amparo) al hipódromo de la ciudad, cerca del mar. Una ráfaga homicida acabó con sus vidas, y los dos cuerpos quedaron abandonados en el suelo. Por la tarde tuvo lugar un último rito macabro. Los cadáveres los llevaron al policlínico universitario para un examen médico. Los carceleros sentían una exigencia de legalidad. Querían que sus documentos revelaran un diagnóstico, avalado de fotografías.
No se sabe donde fueron a parar los retos de Sor Carmen y de Sor Amparo. Sí se sabe que su fama de martirio surgió enseguida y se propagó y resistió en el tiempo hasta el momento en que fue introducida la causa de beatificación. Ambas religiosas salesianas fueron beatificadas por San Juan Pablo II en Roma el 11 de marzo de 2001.