Desde su primera procesión en el Viernes de Dolores de 2015, el Prendimiento ha mantenido su compromiso ininterrumpido de visitar a los enfermos, sin que las condiciones climáticas adversas logren detenerlo.
La tarde del Miércoles Santo de 2024 se caracterizó por su inestabilidad, con lluvias y fuertes vientos que anticipaban la posible suspensión de la subida al Templo Parroquial para realizar la estación de penitencia; una decisión que la hermandad tomó desde las primeras horas del día.
Es notable cómo la amplia nómina de hermanos de luz, acólitos, costaleros y demás miembros del cortejo respaldaron unánimemente la decisión de la hermandad de proseguir con la caminata hacia el hospital.
Un verdadero río de hermanos y devotos, acompañó a la cofradía en su marcha hacia el hospital para llevar a cabo su irremplazable acto anual: la visita a los enfermos.
Tras la visita, la cofradía retornó a la carpa situada en la plazoleta de la Coronación, refugio de la hermandad ante más de tres días, desde el lunes Santo, de inclemencias climáticas entre vientos y lluvias.
La carpa, establecida desde hace varios años, se ha convertido en un problema prolongado ante la falta de avenencias entre las partes a corto plazo, para la definitiva solución de esta situación que comporta importantes riesgos.