Destacamos algunas palabras que ayer, día 1 de Enero, Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, decía nuestro párroco en la celebración de la Santa Misa celebrada en el Santuario de Ntra. Sra. La Virgen de las Montañas
1º.- “Comenzamos un nuevo año civil que Dios en su divina Providencia, nos concede iniciar y lo acogemos como un don, como un “talento”, llamado a fructificar en cada uno de nosotros en una doble dirección:
+ en primer lugar, este don del nuevo año ha de llevarnos a dar gloria a Dios y buscar realizar su voluntad desde este primer día, en todo lo que pensemos, digamos y hagamos, porque sabemos bien por experiencia que cuando esto lo hacemos, nuestra vida y la vida de nuestros hermanos caminan en el bien, en la verdad, en la justicia y en la paz; somos felices y colaboramos en hacer felices la vida de los demás.
+ y, en segundo lugar, este don del nuevo año ha de conducirnos a honrar y servir más y mejor a nuestros hermanos: hombres y mujeres que viven con nosotros.
2º.- Este año lo comenzamos honrando y venerando a nuestra Madre del cielo, la Santísima Virgen María, en esta solemnidad de su Maternidad divina.
3º.- Y lo comenzamos con inmenso gozo, porque somos hijos de Dios e hijos de María. Nuestra vida cristiana no se entiende sin María”.
Luego, comentando las palabras del santo Evangelio y fijándose en los pastores, dijo a todos los presentes:
“Los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre” (Lc 2, 16).
“Al igual que los pastores nosotros hoy hemos venido a este humilde portal –como es este Santuario tan querido para todos–, donde encontramos a María y al Niño acostado en el pesebre. Y venimos a adorarlo.
- El que nace se hace presente en el altar gracias a que Él es el mismo ayer, hoy y siempre, y su presencia se actualiza gracias a la liturgia, en la que por obra del Espíritu Santo, el pan se convierte en el Cuerpo de Cristo.
- El pesebre sigue siendo igualmente pobre: un altar y el corazón de todo aquel que le recibe con fe, pureza y amor.
- La Iglesia, que es quien nos lo presenta, prolonga la Maternidad y Virginidad de María.
- Y san José, el esposo de María y custodio de Jesús, continúa su misión en la persona y el ministerio de los sacerdotes, porque qué es un sacerdote sino aquel que ha sido elegido y consagrado para “custodiar” a Jesús y ofrecerlo a los hombres.