Sábado de la décima semana de Tiempo Ordinario
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza,
pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
San Antonio de Padua
Su nombre anagráfico es Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo y nació en Lisboa hacia 1195. Adquirió una amplia formación cultural con estudios teológicos, filosóficos y científicos. Fue a Marruecos a evangelizar a los infieles y al regreso de su viaje una tormenta propició que el barco llegara a tierras silicianas. Estuvo en un convento franciscano de Mesina y el superior de la institución le llevó a Asís donde conoció a San Francisco de Asís. Llevó una vida de ermitaño en Romaña y, cuando sus superiores se dieron cuenta de sus cualidades de predicador, lo enviaron a evangelizar al norte de Italia y a Francia. Finalmente, fijó su residencia en el convento de la Arcella, cerca de Padua y murió en 1231.