En Villamartín presidió la Eucaristía Fray Juan Franco Pérez OP, acompañado de Don José Manuel Álvarez Benítez
El Santísimo ha recorrido las calles y plazas de ciudades y pueblos de la Diócesis de Asidonia-Jerez en custodias a manos del sacerdote o en pasos engalanados, evidenciando con qué júbilo se recibe cada año la llegada de la Solemnidad del Corpus Christi.
En Villamartín una calurosa mañana no fue excusa para que la Parroquia estuviese llena de fieles para celebrar la festividad de la Sangre y Cuerpo del Señor.
La procesión estuvo marcada por el calor sofocante que hacía, pero sobre las 10:30 horas salía el cortejo donde acompañaron todas las Hermandes conjuntamente con la Agrupación, una nutrida representación municipal con el Sr. Alcalde a la cabeza, también los grupos de adoradores y adoradoras estuvieron presentes en el cortejo, los catequistas y sus grupos de niños.
La vecindad de la barrida el Coto, un año más adornaron sus calles siendo Vista Hermosa donde se pintaron alfombras en el suelo y motivo de sucesivas petaladas, al igual que la cantidad de altares que se instalaron para la ocasión en todas las calles de la popular barriada de Villamartín. El Niño del Dulce Nombre presidió el altar del Consejo Local de Hermandades, también el resto de hermandades tuvieron su altar en las cercanías de sus templos.
Al finalizar la procesión Fray Juan Franco quiso agradecer a todos por haber dado toda una lección como él mismo dijo: gracias a todos, a autoridades, a hermandades, a los acompañantes a todos, pero sobre todo gracias a los jóvenes costaleros que han llevado a Dios Vivo por las calles de Villamartín, al hijo de la Virgen de las Montañas, decía Fray Juan para acabar la solemnidad, no sin antes impartir la bendición con Jesús Sacramentado.
En Jerez, monseñor José Mazuelos Pérez ha presidido la celebración en una Catedral repleta de fieles que le han atendido expectantes antes de la salida de la tradicional procesión, que ha contado con numerosas representaciones en torno a estandartes y banderas de hermandades y movimientos de adoración eucarística.
“La Eucaristía es un alimento necesario para caminar en el desierto de la vida”, ha dicho el obispo diocesano a luz de las lecturas contempladas. Desde el maná hasta al pan eucarístico, el pastor ha subrayado el papel de Cristo en nuestras vidas incluso en situaciones tan difíciles como las que se sufren en Oriente Medio.
Con altares en las calles y alfombras de sal coloreada, pétalos de flores, juncia y otros elementos ornamentales han recibido a Cristo Sacramentado en todas y cada una de las localidades. Es el signo de una honda satisfacción con la que siempre llega esta fecha tan singular del calendario litúrgico.