Monseñor José Mazuelos, el pastor de Asidonia-Jerez, presidirá una eucaristía el próximo domingo día 5 de febrero, que celebrará la Jornada de la Vida Consagrada.
“Testigos de la esperanza y la alegría”
En España 66.684 consagrados y consagradas son “Testigos de la esperanza y la alegría”, lema de esta Jornada Mundial.
En próximo domingo la Santa Iglesia Catedral del Salvador reunirá a las 11:00 horas, a los miembros de las comunidades de vida activa y contemplativa presentes a lo largo de todo el territorio diocesano.
Esta cita anual, que llega el domingo más cercano al Día de la Candelaria, se convierte siempre en ocasión especial para valorar la presencia de los religiosos y religiosas en el día a día de la sociedad de nuestra tierra. Prestan servicios impagables en el terreno de la educación, la asistencia a los más desfavorecidos y otras siempre impulsados por su vocación y la oración.
En la Diócesis hay capuchinos y capuchinas, carmelitas, dominicos y dominicas, lasalianos, franciscanos, hospitalarios, jesuítas, marianistas, maristas, mercedarios y mercedarias, redentoristas, de los Sagrados Corazones, salesianos y salesianas, agustinas, clarisas, comendadoras del Espíritu Santo, concepcionistas, esclavas del Santísimo, mínimas, hermanas de Belén, calasancias, esclavas, auxiliadoras, hermanas de la Cruz, de los pobres, hijas de la Caridad, josefinas, hijas de Santa María del Sagrado Corazón, de Jesús María o del Rebaño de María.
El presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, Mons. Vicente Jiménez Zamora, recuerda que es un día para mirar “a la vida consagrada y a cada uno de sus miembros como un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad. Juntos damos gracias a Dios por las Órdenes e Institutos religiosos dedicados a la contemplación o a las obras de apostolado, por las Sociedades de vida apostólica, por los Institutos seculares, por el Orden de las vírgenes, por las Nuevas Formas de vida consagrada y por otros grupos de consagrados, como también por todos aquellos que, en el secreto de su corazón, se entregan a Dios con una especial consagración”.