Por Lola González Giraldós
El Santo Padre pronuncia un histórico discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas en el que ha pedido mayor equidad para todos los países en el Consejo de Seguridad.
El Papa Francisco está haciendo historia en su visita apostólica a Estados Unidos. Si el pasado jueves 24 de septiembre se convirtió en el primer Pontífice que pronunciaba un discurso en el Congreso de Estados Unidos, en Washington, hoy día 25 ha hablado ante 148 jefes de Estado y de Gobierno en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. Es la primera vez que un líder de la Iglesia católica interviene en la ONU ante una representación tan numerosa de mandatarios mundiales y que la bandera del Vaticano ondea en las Naciones Unidas.
Cuando se cumplen 70 años del nacimiento de Naciones Unidas, el Papa Francisco ha querido hacer una valoración de este organismo y ha mostrado la necesidad de “conceder a todos los países sin excepción una participación e incidencia real y equitativa” en cuerpos de la ONU como el Consejo de Seguridad. “Una mayor equidad”, añade el Santo Padre, “ayuda a limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo”.
“Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo de los países y la no sumisión asfixiante de estos a sistemas crediticios que lejos de promover el progreso someten a los poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”, ha advertido en su mensaje Francisco. “Dar a cada uno lo suyo significa queningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y los derechos de otras personas singulares”, añade.
El Santo Padre también ha abogado por la “total prohibición” del armamento nuclear y ha sostenido que la “amenaza de destrucción mutua” constituye un “fraude a toda la construcción de Naciones Unidas”.
En su discurso en la ONU, el Papa Francisco ha hablado, asimismo, del medio ambiente. Haciendo referencia a su nueva encíclica “Laudato si” publicada el pasado mes de junio, Francisco ha defendido que existe un “verdadero derecho del ambiente” y ha asegurado que cualquier daño al medio ambiente es “un daño a la humanidad”.
Francisco ha señalado que “el abuso y destrucción del ambiente van acompañados por un imparable proceso de exclusión” y que millones de personas en todo el mundo: “Son descartados por la sociedad, son obligados a vivir de descarte y deben injustamente sufrir las consecuencias de los abusos del ambiente“.
Por esta razón, el Papa ha hecho un llamamiento ante los jefes de Estado y de Gobierno a garantizar a su sociedad “el acceso efectivo, práctico e inmediato (…) a una vivienda propia, un trabajo digno y una alimentación adecuaday agua potable, libertad religiosa, y libertad de espiritual y educación”.