Catalina Cervilla García, 4º ESO “C”.
Del blog el Alumnario del Colegio Compañía de María Jerez.
Así es, por fin ha llegado la Cuaresma. Tan sólo quedan cuarenta días para volver a vivir un año más nuestra Semana Santa, para volver a emocionarnos, para volver a caminar de un sitio a otro buscando esos rincones mágicos que te hacen incluso llorar de la emoción.
Sé que a algunas personas les resulta difícil de entender lo que a todos los cofrades, y a mí en particular, nos hace sentir la Semana Santa. No es un sentimiento que se pueda expresar con palabras, simplemente se siente.
Porque ser cofrade no es simplemente ir a ver “pasos”, ser cofrade quiere decir estar en esos ensayos de enero, asistir a los besamanos de cada domingo de Cuaresma…
Cuando llega el Lunes Santo, día que realizo estación de penitencia con la Hermandad de la Sagrada Cena, los nervios recorren mi cuerpo y no puedo aguantar las ganas de que llegue la tarde para poder vestirme y dirigirme hacia la iglesia de San Marcos.
Me siento muy afortunada de sentir esto, aunque mucha gente no lo entienda, porque como dijo alguien una vez,” no hay que entenderlo, simplemente siente, y ante los que no entienden, calla.”